Mientras miles de familias abarrotaban balnearios en Atlixco o se refrescaban en las albercas de Agua Azul este Sábado de Gloria, en el Hospital del IMSS La Margarita ocurría otra escena, mucho menos festiva.
Un paciente era perforado del pulmón durante un procedimiento de hemodiálisis, por “equivocación”.
Sí, leyó usted bien: por equivocación.
Maryfer García, hija del paciente afectado, hizo pública la denuncia.
No solo se trata de una complicación médica grave, sino de un cúmulo de irregularidades que retratan con crudeza la deshumanización de un sistema que, cada vez más, parece funcionar solo por inercia.
“Primero picamos aquí en el cuellito… le picamos en dirección al pulmón… una posible complicación se llama neumotórax, y en este caso el pulmón se pinchó”, confesó un trabajador.
No hubo un especialista en diálisis disponible durante el fin de semana, por lo que la cirugía será pospuesta hasta el lunes, pese a tratarse de una emergencia.
No había especialistas porque era Semana Santa.
¿Y qué hacemos con los enfermos?
¿Los ponemos en pausa?
El argumento institucional fue que “como es hospital público, no se puede pedir mucho”.
Un balde de agua fría para cualquiera que aún confíe en la salud pública mexicana.
Lo más preocupante no es solo el error médico (que ya de por sí es grave), como el perforar un pulmón en una colocación de catéter para diálisis.
Sino, lo que más preocupa la actitud con la que se maneja: justificarlo con que “hay pocos médicos”, que “eran practicantes”, y que el paciente, por su nivel educativo, “no entiende”.
Como si la ignorancia se usara como escudo para el maltrato.
Como si la falta de recursos se convirtiera en licencia para el desprecio.
El IMSS debe responder, y no con un boletín tibio o un silencio institucional.
Debe responder con acciones, con sanciones si las hay, con atención inmediata al afectado, y con la garantía de que este tipo de casos no se volverán costumbre.
Porque mientras algunos médicos salen de vacaciones, hay enfermos que no pueden esperar.
No todo se detiene porque es Semana Santa. Ni la vida, ni el dolor.
Hoy fue el papá de Maryfer.
Mañana podría ser cualquiera.
Tiempo al tiempo.
Rojo vivo
Otra vez arde Puebla, y no solo por las altas temperaturas.
Los incendios forestales, que arrasaron hectáreas la semana pasada en zonas boscosas despiertan sospechas más allá del clima.
Es imposible ignorar el patrón: Áreas verdes, codiciadas por su valor ecológico y también por su potencial inmobiliario.
¿Coincidencia? Lo dudo.
Hay quienes ven en el fuego una herramienta para “limpiar” terrenos protegidos y abrir paso a desarrollos residenciales de lujo.
Mientras brigadistas se juegan la vida, es momento de mirar más allá del siniestro y preguntarnos ¿a quién le conviene el bosque en cenizas?
La especulación no es teoría conspirativa, es una constante en un estado donde el capital muchas veces se impone al medio ambiente.
Al menos ya hay un detenido, de ahí se puede partir en las investigaciones a fondo.
Tiempo al tiempo.
Por Jorge Castillo
Editora: Socorro Juárez
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