La política en México es un juego de estrategia donde los peones cambian de color, pero rara vez de dueño. Y en Chignahuapan, Movimiento Ciudadano (MC) parece haber optado por reciclar estructuras cuestionables en lugar de ofrecer una verdadera renovación.
El partido postuló a Yasmín Medina Carrasco como candidata a la presidencia municipal, un nombre que no llega solo ni por mérito propio. Medina Carrasco es esposa de Javier Nicolás Hernández, abogado defensor de Juan Lira Maldonado, alias “El Moco”, exfuncionario municipal y presunto líder huachicolero. Pero la relación no termina ahí: ella misma fue la primera regidora de la planilla de “El Moco” en 2021, cuando intentó llegar a la alcaldía con Fuerza por México.
El reacomodo político en MC huele a negociación de alto nivel. Inicialmente, la candidata registrada ante el Instituto Electoral del Estado (IEE) de Puebla era Mónica Cano Guzmán, pero en el último ajuste, Medina Carrasco tomó la batuta, mientras Cano Guzmán descendió a segunda regidora propietaria.
Y, como si eso no fuera suficiente, también figuran en la planilla Gaudencio Olvera Hernández y Berenice Irais Cortés Saldaña, ambos con antecedentes en la estructura electoral de Lira Maldonado.
¿Quién negoció y quién lo permitió? ¿Fue acaso Fedhra Suriano, diputada local de MC, una de las operadoras clave en este enjuague político? ¿Actúa sola? O Fernando Morales Martínez, exdirigente estatal de MC y viejo zorro del partido en Puebla, ¿también habría movido sus fichas para abrirle la puerta a esta candidatura cuestionable?
La pregunta inevitable es: ¿la dirigencia nacional de MC está al tanto de este pacto?
Dante Delgado, coordinador nacional de MC y uno de los políticos más astutos de México, suele ser cuidadoso con la imagen del partido, al menos de cara al electorado nacional. Mientras en sus discursos MC presume ser “la nueva política”, en municipios como Chignahuapan se arropa a personajes ligados a estructuras que han estado bajo la lupa de la justicia.
¿Dante está informado o Puebla opera bajo sus propias reglas? Si lo sabe y lo permite, estaríamos viendo un doble discurso. Si no lo sabe, su partido está en manos de operadores que se mueven con intereses propios y sin temor a las consecuencias.
Este episodio deja en el aire varias interrogantes: ¿MC está consciente de los riesgos que implica postular a una planilla con estas conexiones? ¿La dirigencia nacional se deslindará o hará como que no vio nada? ¿O en realidad todo esto es parte de una estrategia más grande?
El tiempo dirá si Chignahuapan será el escenario de una elección democrática o simplemente un capítulo más en la historia de la política reciclada, donde lo viejo se viste de nuevo y lo turbio se pinta de naranja.
@Gerardo_Herrer
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