Tremores. Es un bodrio de que la Unión Americana defiende la democracia, que su narrativa de ser la policía del mundo es para mantener un modelo político vigente desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. Y no lo decimos nosotros, lo aseguró, cínicamente, el todavía secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken. “Por el bien de Estados Unidos, debemos hacer que otros países se sometan a la voluntad estadounidense y unir fuerzas para contener a China”. Y esa misma política va a aplicar Donald Trump, con otros personajes, con otra élite, pero con los mismos intereses: la dominación mundial. A los totalitarios sometidos les llaman aliados, a los que no, la CIA los busca tirar (casos Bolivia, Chile, entre otros) y les crean narrativas de dictadores (véase, Venezuela, al que sólo le ven cara de petróleo). No hay que sorprendernos, Estados Unidos es el mayor negocio del mundo. No les interesa la gente, la democracia, los mitos heroicos, o que ya no haya drogas, no, sólo les interesan los dólares que va a dejar y el control de todo. Ah, y por supuesto, por poder, el bendito poder, ese que corrompe a las almas.
¿O no?
¿Qué pretenden?
Una cosa es cierta: las organizaciones de vendedores ambulantes están provocando a la autoridad, y en este tipo de disputas, sabemos quiénes van a ganar. Pero sabemos con total certeza quiénes son los que pierden: las y los poblanos. Con total impunidad, este lunes 6 de enero, después de desquiciar el Centro Histórico durante tres días por ganar la venta de Reyes, cerraron la avenida 12 Oriente-Poniente, con lo que significa en materia vial, para poner un ring y hacer su festival de lucha libre. Increíble. Ni en el más bizarro sueño de una gestión municipal anterior se nos hubiera ocurrido. Por supuesto, no tenían permiso del Ayuntamiento que, de nuevo, ha visto cómo los informales hacen y deshacen a su antojo. Como dijimos, de aglutinar y defender los derechos de sus agremiados, los líderes de estas organizaciones se convirtieron en verdaderas mafias que mueven dinero e influencias, con tintes porriles. ¿Quién les pondrá un alto a estos sinvergüenzas? Ojalá y la Comuna no tarde en dar ese manotazo en la mesa y aplique la ley.
¿O no?
Adiós, Justin
Era, como se dice en el argot beisbolero, un “strike cantado”. La caída del premier canadiense, Justin Trudeau, era cuestión de tiempo. Las apuestas eran para ver cuándo iba a renunciar, y como regalo de Reyes a sus gobernados, fue este lunes 6 de enero. Es posible que se adelanten las elecciones, pero va a ser un escenario complejo si Donald Trump cumple sus amenazas y pone aranceles o, de plano, se vuelve el país de la hoja de maple en el estado 51 de los gringos. Eso, también, pasa por malagradecido.
¿O no?
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