Tremores. Es lamentable, como hemos dicho en varias ocasiones en este espacio, cómo termina este trienio. Pero lo peor se vio el fin de semana, pues parece que la capital poblana retrocedió, por lo menos, 30 años, ya que el Centro Histórico es un verdadero muladar. Las avenidas 2, 4, 6, 8 y 10 Oriente-Poniente, y las calles 3 y 5 Norte, así como la 5 de Mayo, son un riesgo para transeúntes, y también para automovilistas, ya que hay dobles filas, carros detenidos haciendo fila para entrar a estacionamientos. Parece que vivimos la década de los 80’s, cuando los vendedores informales eran dueños del primer cuadro antes de que fueran mandados al mercado Jorge Murad Macluf “La Fayuca”, ya en los 90’s. La ciclovía de la avenida 4 Oriente-Poniente está invadida por ambulantes, imposible de pasar por ciclistas. ¿Una más? No hay elementos de Tránsito municipal que obliguen a conductores a no estacionarse en zonas prohibidas. Los últimos días del Gobierno que inició Eduardo Rivera y que terminó Adán Domínguez son catalogados por unos visitantes (que el escribiente escuchó mientras hablaban airados en una esquina) como los “peorcitos”.
¿O no?
Agradecimiento
El jueves pasado fue de parabienes a quienes trabajamos en MGM Media Group. Ver nacer, dar sus primeros pasos a este producto que tiene en sus manos es significativo, porque es el resultado del esfuerzo, dedicación y ardua labor de todos nosotros, todas nosotras… Estuvimos quienes teníamos que estar, y lo que recibimos con gusto y nos hace derramar una lagrimita Remi son las buenas vibras, los deseos de éxito. Saludamos a muchos amigos, muchas amigas; recibimos abrazos y no queda más que el compromiso por mejorar día a día para que este sueño sea un referente.
¡Gracias, gracias, gracias!
No hicieron el vacío, pero…
Se cumplió el peor de los escenarios para la Selección Mexicana de Fútbol. Apenas y lograron empatar con un Valencia FC, por 2-2, pleno de chavillos Sub-23 o Sub-21. Un equipo español que no vino con sus estrellas, sino parchado con jóvenes para que se foguearan. Ni porque llegaron el mero sábado a la Angelópolis, cansados del viaje y con un recorrido en Turibús por las calles llenas de hoyos, arribaron directo al mundialista Estadio Cuauhtémoc. Sirvieron los regalitos a la afición, las promociones para que llegaran más de 30 mil fanáticos (le caben 51 mil al coso de Maravillas) y no se vieran tantos huecos (aunque sólo hubo gente en una de las 4 rampas, la que sale a cuadro en la tele, of course), quienes atestiguaron a un equipo decadente, carente de hambre de triunfo, flojo (diría mi abuelo, iban “crudos”), como si los hubieran obligado a jugar. Hubo abucheos que los organizadores intentaron cubrir con música y porras; hasta coreaban los “olés” hacia el equipo rival. Eso pasa cuando las cosas se hacen mal.
¿O no?
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