El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, afirmó que su administración ha puesto un alto definitivo al modelo de obra pública basado en el saqueo, la corrupción y el endeudamiento, heredado por los gobiernos del pasado. Durante su conferencia matutina, el mandatario señaló que en su gobierno no hay lugar para los intereses personales ni para quienes buscan enriquecerse a costa del erario público.
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“Nuestro gobierno realizará obras sin que sean mega fraudes, sin que sean mega saqueos y sin que sean mega deudas”, declaró enfático Armenta, al referirse al proyecto del Cablebús, el cual —aseguró— se ejecutará sin endeudar a las y los poblanos.
El titular del Ejecutivo estatal denunció que en el pasado, diversos proyectos como el Teleférico, el Museo Internacional del Barroco y el Edificio del CIS, fueron construidos sin una verdadera planeación, lo que representó despilfarros millonarios y compromisos financieros injustificados para el estado.
“No estamos pensando en la obra que le deja más al gobernador, no tenemos complicidad, ni compromiso con ninguna persona que se quiera enriquecer a costa del erario público, quien lo haga asumirá las consecuencias”, subrayó el gobernador, en una clara crítica al modelo neoliberal que imperó en administraciones anteriores.
Armenta destacó que su gobierno se rige por una ética pública basada en valores y principios. “Somos un gobierno bioético, con vocación de servicio y con proyectos incluyentes, pensados Por Amor a Puebla”, apuntó.
En ese sentido, informó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aprobó por unanimidad dos de sus principales proyectos: la Universidad del Deporte, que se construirá en la zona monumental de la ciudad, y el propio Cablebús.
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“Destruyeron una obra monumental por un capricho gubernamental. Nosotros no hacemos obras que sean capricho, entonces el INAH ayer nos aprobó dos proyectos por unanimidad: uno, la Universidad del Deporte, y dos, el Cablebús, porque las cosas las hacemos con planeación, no corremos, damos pasos firmes”, concluyó Armenta.
Con esta postura, el gobernador reafirma su intención de romper con las prácticas del pasado y establecer una nueva forma de gobernar, centrada en la transparencia, la planeación responsable y el bienestar colectivo.
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