Acostumbrado a trabajar los temas políticos en las cloacas, Martín Esparza, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas es un infractor electoral desde hace 20 años, cuando fue electo secretario general del sindicato electricista. Rémora del movimiento obradorista, Esparza ofrece votos corporativos rumbo a la elección judicial del 1 de junio.
El reciente sainete con la ministra Loretta Ortiz, el cual fue apoyado por el magistrado Felipe de la Mata Pizaña, al desechar la impugnación del evento “Foro informativo sobre la elección de cargos del Poder Judicial”, organizado por el SME, pone en evidencia el trabajo del equipo político en el que se encuentra. Sin embargo, provocó un choque y él salió damnificado.
Esparza anda suelto y busca candidatos para ofrecerles votos a través del sindicato. Después de un sexenio en el que bajó el perfil y el sindicato mantenía movilizaciones por encargo, ahora, ventilan sus negocios alternos y pega en su estructura político-electoral.
El nuevo escándalo lo sacó a flote la Secretaría de Seguridad de Puebla, ya que investiga una granja clandestina de criptomonedas, cuyas ganancias ascienden a millones de pesos, cuya operación estaría en manos del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Al conocerse y salir a relucir la nueva maniobra de Esparza, en el búnker de los electricistas de Insurgentes 98, en la Ciudad de México, se comenzó a hablar de fuego amigo ante la denuncia de la granja de criptomonedas. Libró la impugnación gracias al ministro aliado, pero la granja es más delicado.
Y es que, como en política no hay coincidencias, Martín Esparza apostó por la ministra Loretta Ortiz Alhf y ahora, este nuevo escándalo lo exhibe como el dirigente que se atrevió a retar otras fuerzas políticas dentro de la izquierda que gobierna el país y falló.
Esparza y sus huestes apostaron al lado correcto de la historia, pero con el personaje equivocado como la ministra Loretta Ortiz, que tiene la aspiración de ser la ministra presidenta de la SCJN. Todos los pasos de Esparza son transgresores, otro ejemplo es ser dirigente sindical y patrón al mismo tiempo.
El conflicto de Martín Esparza nace desde que, en 2015, la Generadora Fénix, creada por el SME en asociación con la trasnacional portuguesa Mota Engil, se ha dedicado a crecer su negocio, pero en un esquema de opacidad y cifras maquilladas. Entre 2016 y 2022 la empresa eléctrica obtuvo ganancias por 32 mil 500 millones de pesos. Manejadas a capricho de Esparza y su círculo de incondicionales.
Martín Esparza sacó mucho los brazos y estuvo a punto de ser cercenado. Ya fueron dos señales en su contra y los integrantes del sindicato deben tener en cuenta que no es el personaje fuerte que dice ser en el interior de la cuatroté. Su tamaño en movilización es mediano, pero no es el movilizador de masas que fue hace 20 años. Tiene un poder acotado, no puede salirse del guion, de lo contrario los resultados están a la vista. Es un jefe de grupo controlado.
Por Israel Mendoza Pérez
Editora: Socorro Juárez
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