La Arquidiócesis de Puebla celebró este jueves la 134 peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México.
Durante más de un siglo, miles de poblanos han recorrido este camino con el deseo de que sus peticiones sean atendidas. Este año, entre los principales motivos destacan: agradecer la ordenación de 11 nuevos presbíteros para la Arquidiócesis de Puebla, conmemorar el año jubilar y aprovechar esta oportunidad para ganar la indulgencia plenaria, rezar por la paz en México, por los migrantes, y agradecer la creación de nuevas parroquias.
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Esta tradición, instaurada en 1887 por el Obispo José María Mora y Daza, surgió a partir de una sugerencia del sacerdote Ramón Ibarra y González, quien fue nombrado Presidente de la Comisión Organizadora. Entre los momentos más significativos de la peregrinación se encuentra la de 1904, cuando la Diócesis de Puebla fue elevada a Arquidiócesis el 8 de febrero, con Mons. Ramón Ibarra y Gonzáles.
Hoy en día, la iglesia encuentra en los recientes Papas un ejemplo de peregrinaje, recordándonos que el cristiano es ante todo un peregrino, y que la iglesia misma es un pueblo peregrino.
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La Peregrinación brinda la oportunidad de reencontramos con nuestra propia historia cristiana y nuestra naturaleza transitoria en este mundo. Sin embargo, lo más distintivo de este evento es su carácter festivo y alegre. Para la iglesia, además, esta práctica cumple una función social: visibilizar públicamente a la comunidad eclesial. En la 134 Peregrinación Anual a la Basílica de Guadalupe, miles de fieles convocados por el Arzobispo de Puebla, se acercan a los pies de la Morenita del Tepeyac.
Editora: Socorro Juárez
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