Tremores. Algo nos debe quedar claro: Donald Trump es un bulleador. Un jodón, dirían nuestros ancestros. Eso de declarar a los cárteles de la droga mexicanos como “organizaciones terroristas” es una velada amenaza por que los gringos no pueden dejar de drogarse. Y esto ¿qué significa? Que, desde lejos, cual vil cobarde, podría bombardear zonas donde se encuentran las “cocinas” de fentanilo, cocaína, heroína y demás drogas desde territorio estadounidense a México. De ese tamaño es el amago. ¿Ven lo que están haciendo en Gaza, Yemen, o hicieron en Afganistán? Desde sus buques estacionados en el Golfo de México o el Océano Atlántico, enviaría sus misiles Tomahawk para destruir a los cárteles. Supuestamente. El costo, eso sí, sería altísimo, tanto político como económico, social y humano. ¿Cumplirá su amenaza? No lo dude. Como no pudo doblegar a la presidenta, por las buenas; como no pudo someterla como sí lo hizo con el premier canadiense, Justin Trudeau, va por las malas. Es la típica doble moral, sin atacar de raíz las causas culpa a los demás de sus problemas, cuando es más interno: en las familias. Como bien aseguró el periodista, abogado y escritor mexicano, Nemesio García Naranjo: “¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos!”.
¿O no?
Escenario a futuro
Algo que sucedió tras la caída de la Unión Soviética, fue que Estados Unidos, ante tanto bullying, acusaciones y demás presiones, así como la imposición de bloqueos comerciales, Rusia cayó derechito a los brazos de China. Esto, of course, no gustó a Washington. En su ardid de querer dominar el mundo, ser el país hegemónico, lo dividió más, ya que no todos se sometieron a sus caprichos, como instalar bases militares, gobiernos alineados a sus intereses. Creemos que si Trump y su modelo político de joder al prójimo, impone aranceles, bombardea a su vecino del sur, México, seguramente, abrazaría a los BRICS (Brasil, Rusia, China, Sudáfrica y anexas), rompiendo el T-MEC, entrando en una guerra comercial sin precedentes. Ahí sí sería viable una invasión. Depende de muchos factores, pero Trump nos está arrojando a los brazos de Rusia y China.
¿O no?
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