Tremores. Juan Velásquez fue ave de tempestades. Defendió a lo más indefendible de la política, como a expresidentes innombrables de la talla de Luis Echeverría, José López Portillo o Carlos Salinas de Gortari. También representó a un personaje polémico como el cardenal Norberto Rivera Carrera. Por eso el mote del “abogado del diablo”, por los personajes que aceptó defender. En un mea culpa, en una entrevista a la revista Abogacía, el litigante reconoció que consiguió 89 casos sin perder, aunque dijo que algunos de ellos sí eran culpables. Hechos como la masacre de Tlatelolco, denuncias por peculado, el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, entre otros, pasaron por sus manos. En su cartera de clientes aparece un nombre: Arturo “El Negro” Durazo. Con eso se dice todo.
¿O no?
En la F1 hace aire
El Gran Premio de la Ciudad de México dejó muchas cicatrices, algunos enconos, diferencias, chismes… Caray, hasta parece que estamos en la Cámara de Diputados, de cualquier nación, no necesariamente la de este país. Veamos. Primero. Un imberbe escuincle, que apenas tomó la titularidad en la escudería hermana de Red Bull, VisaCashApp RB, Liam Lawson, le está faltando el respeto a veteranos como Fernando Alonso y Sergio “Checo” Pérez. Este domingo, tras un encontronazo (del que tuvo toda la culpa el joven), afectó al tapatío, comprometiendo el resto de su carrera. Por eso, cuando el conspicuo rebasó al mexicano, le pintó la Britney-señal, lo que provocó el enojo en el mandamás, Christian Horner. Lo llamó, como en la escuela, a la dirección por pasado de lanza. Otro. El mismo equipo austriaco se cae a pedazos, entre mentiras, medias verdades, amenazas, amagos. Oooootra vez el CEO de la escudería puso en la tablita la continuidad de “Checo”. Pero, también, recibió un golpazo de la FIA en la persona de Max Verstappen, el tricampeón del mundo, a quien con una penalidad inédita, le aplicaron ¡20 segundos!, juntándole dos multas por haber sacado en dos ocasiones a su competidor por el mundial de pilotos, Lando Norris. Le pusieron un alto, eso sí. Están tan mal que Horner intentó justificar a su chilapayate, pero a “Checo” lo amagó. Las diferencias no sólo son en la pista, sino en los garajes. Uno más. En la transmisión del GP, se vio un enojo visible entre Charles Leclerc y Carlos Sainz, a pesar de haber obtenido el 1-3. En Ferrari ya quieren que el ibérico se vaya, el monegasco ya no lo soporta, y carreras como la del domingo hacen que la brecha sea aún más grande. Por envidia. Por lo pronto, no hay afición como la mexicana, que provocó un récord de asistencia. El apoyo se notó. Hasta a Brad Pitt le tocó.
¿O no?
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