La noche del martes 27 de agosto, el senador electo, Nacho Mier, recibió una llamada que le anunciaba que lo habían bajado de la Mesa Directiva del Senado.
Así, de último momento, o al menos eso fue lo que le comunicó a su equipo.
Dos semanas antes, el portal de noticias “La Política On Line” reportaba que, con Adán Augusto como presidente del Senado, el poblano llegaría a la Mesa.
No fue así.
Fue nombrado en su lugar Gerardo Fernández Noroña, que ni de Morena es. Varios de sus antes aplaudidores se convirtieron hoy en detractores. Se burlaron de Mier porque ¡hasta Noroña le ganó!
El petista, recordemos, hizo santo berrinche porque quedó fuera del gabinete de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
Pero ¿qué pasará?
Como presidente de la Mesa Directiva del Senado, Nacho Mier tendría hasta una decena de plazas a su disposición.
Me cuentan que, incluso, el martes, su equipo y él ya habían visitado las oficinas que disfrutarían como titulares de la Mesa Directiva.
No sólo eso, el presupuesto anual ronda en unos 12 millones de pesos. Dinero que, por supuesto, ya no tendrá.
Además, Ricardo Monreal llegó como coordinador de la bancada de Morena a la Cámara de Diputados.
Me dicen que ya empezó a barrer con todos los empleados y aviadores que tenía dados de alta en la nómina.
Hoy, los diez que ya se veían con una plaza en el Senado están preocupados, pues se quedó sólo con una plaza.
Mier busca presumir su nombramiento como vicecoordinador, pero la verdad es que es cero importante.
O bueno a ver, díganme ¿quién es el o la vicecoordinadora del senado?
Nadie sabe.
Deja un comentario