El arzobispo Víctor Sánchez Espinosa presidió la misa de ordenación de 12 seminaristas como nuevos diáconos para integrarse al servicio de la Arquidiócesis de Puebla.
Lo anterior, desde la Catedral Metropolitana de Puebla donde el prelado destacó a los nuevos diáconos como la “luz de la Iglesia”.
“Una vez ordenados diáconos, en comunión con el obispo y su presbiterio, servirán al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad”, destacó Sánchez Espinosa durante el acto litúrgico.
Sobre la función del diácono, en la homilía de la misa, el arzobispo detalló que es la de “administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la sagrada comunión, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo”.
Con lo anterior, Sánchez Espinosa explicó que “pueden hacer todo lo que realiza un presbítero, excepto oficial misa y tomar confesión”.
Por ello, el líder de la grey católica informó que también pueden presidir la liturgia de la oración de los fieles, administrar los sacramentos y presidir el rito de los funerales y sepultura.
Además, destacó que los diáconos están comprometidos con el servicio a la comunidad, especialmente a los pobres y necesitados.
Tipos de diáconos
La Carrera Clerical estipula que hay dos tipos de diáconos: los transitorios y los permanentes.
Los transitorios están en una etapa previa a ser ordenados sacerdotes y después de un tiempo como diácono, se ordenan como presbíteros y, eventualmente, algunos pueden llegar a ser obispos.
En cuanto al permanente, algunos hombres, incluidos los casados, pueden ser ordenados bajo esta figura y servir en esta capacidad durante toda su vida; en esta ocasión, uno de los doce seminaristas, fue ordenado como diácono permanente.
“Al estar más cercanos a la vida cotidiana de los fieles, los diáconos pueden ofrecer un apoyo pastoral más directo y personal. La presencia de diáconos permanentes enriquece la misión de la Iglesia, permitiendo una mayor atención a las necesidades específicas de la comunidad”, destaca el Semanario Desde la Fe sobre esta figura de la carrera eclesiástica.
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